Kecskemét

En el centro de una infinita llanura se encuentra la viva ciudad de Kecskemét, le da un brillo característico a la región su ubicación entre los ríos Danubio y Tisza con su belleza y sus curiosidades. Aquí los edificios del centro no nos hacen recordar el pasado más antiguo sino más bien la atmósfera del modernismo, los ejemplos más significativos los encontramos en edificios públicos y los museos.

En los tiempos de la dominación turca la población de los alrededores huyó de las luchas de la región y de los señores feudales llamados también “espahí” que extorsionaban la región. El estado legítimo excepcional de Kecskemét proporcionaba más protección porque pagaba los impuestos directamente al pachá de Buda.

Antes era claramente una ciudad comercial, lugar de aduanas y de ferias gracias a su afortunada ubicación en el trayecto de Viena-Buda-Belgrado. Fueron construidas también varias iglesias, que se utilizaron como centro de vida social. Si miramos alrededor de la ciudad podemos ver muchas iglesias que nos ayudaran a entender porque recibió la denominación de “la ciudad de las torres”.

La construcción de la ciudad se caracteriza por la variedad de las zonas, así como también por otras ciudades agrícolas. En las afueras se sitúa la zona de los ranchos, un poco más en el interior están las huertas con casas grandes y pequeñas, las siguen las calles empedradas dentro de las zanjas que las rodean y al fin en el interior de la ciudad con sus casas metropolitanas.

Las dos figuras destacadas de Kecskemét

Dos son los personajes destacados que nacieron en esta ciudad: Zoltán Kodály y József Katona. Kodály nació en el edifico donde hoy da lugar a la estación de trenes. Fue uno de los compositores más grandes de Hungría y sus métodos de pedagogía musical son aplicados hoy en día.

Un modernismo particular

En la atmosfera del centro la dominan tres edificios: El ayuntamiento proyectado por Ödön Lechner, la “Cifra Palota” conocido por todos y el Instituto Religioso y de Derecho.

Los años de Petőfi como actor

Petőfi, el poeta húngaro más grande, vivió en la ciudad durante tres meses como artista ambulante, pero no estuvo aquí por primera vez en aquellos tiempos: entre 1828 y 1831 estudiaba en el instituto evangélico en Kecskemét, la que él nombraría como “la Ciudad Famosa”.