Kőszeg

Donde siempre suenan

las campanas a las once...

La agradable arquitectura de esta ciudad nos evoca a los tiempos pasados. La población se sitúa a los pies del sudeste de la montaña. Su historia se define por la lucha contra el feudalismo y el objetivo para alcanzar la independencia. Su famoso castillo y las fascinantes casitas la colocan como uno de los destinos principales de los visitantes de la Hungría de Oeste.

Durante las obras arqueológicas en la ciudad fueron encontrados hallazgos de 6000 años. Antes del establecimiento de la patria (siglo IX.) ya había un castillo, una iglesia y un poblado, que en 1328 llegó a ser una ciudad real, en ese tiempo empezaron a renovarla y fortalecer las murallas de la ciudad. La famosa Ruta de Ámbar, la línea comercial del Imperio Romano pasaba por Kőszeg y por ello floreció el comercio local también.

En 1777 el castillo y media ciudad quedaron destruidas por un incendio. Las casas de los burgueses, el patio del castillo y la iglesia de San Jaime fueron reconstruidos al estilo barroco.

En 1932 fue construida la Puerta Heroica ecléctica, por la que podemos llegar a la Plaza Jurisics, que está rebordeada por casas que se parecen a alcázares y por iglesias góticas, y en medio de la plaza susurra la fuente.

El castillo

Rodeado por murallas y zanjas, el castillo está en el rincón noroeste de la ciudad. Hubo un tiempo en el que la fachada también estaba rodeada por zanjas de agua que era considerado como bastante raro. La parte residencial de cinco torres del castillo, su capilla y su edifico decorado con el escudo Garai fueron construidos durante la dominación húngara. De sus cinco torres hoy se pueden ver solo dos. El rey Matías amplió el castillo con estilo renacentista que luego poseyeron los Habsburgos durante 150 años.

Su capitán más famoso , Miklós Jurisics, lo defendió, en 1532, con unos cientos soldados y setecientos siervos contra el ejército otomano que consistía en más de cien mil soldados. Hoy tocan las campanas cada día a las 11 conmemorando este acto heroico. Después del asedio las fachadas, las logias y las casas de los alrededores fueron reconstruidas con estilo renacentista. El castillo lo poseyeron entre 1695-1931 la familia Eszterházy después llegó a ser una caserna militar y hoy funciona como edifico del Museo de Miklós Jurisics.

La iglesia de San Jacobo

La iglesia, que forma parte de la base del monumento más antiguo de la ciudad fue mencionada ya en el 1246 por un cronista. La iglesia de tres naves decorada con un escudo Garai fue construida a principios del siglo 15 en estilo gótico. En su cabina de fachada podemos contemplar la estatua de San Jacobo del siglo 18. y por dentro, el altar mayor, la cátedra del Espíritu Santo y los pupitres labrados.

La iglesia de San Imre

La iglesia es una mezcla interesante de la petición de los creyentes y de la imaginación del maestro: la parte gótica se atribuye a los creyentes y al maestro constructor las ventanas de cerradura renacentista. El retablo mayor, de principios del siglo 17, fue pintado en 1805 por István Dorfmeister.

La casa de Esgrafito

La casa tomó su nombre por las decoraciones frontales del siglo 16-17.Las decoraciones estucadas y sus frescos con temas bíblicos en el techo son dignos de atención.

El ayuntamiento

Originariamente procede del siglo 15., pero fue renovado en el siglo 16, en estilo renacentista y luego en 1710 tras el incendio, de estilo barroco. En esta temporada pintaron los cuadros frontales, el escudo de la ciudad y el de la “Gran Hungría”. Podemos ver también a la patrona de Hungría con el niño Jesús y el cuadro mural de San Esteban.