Győr

La ciudad se sitúa entre Budapest y Viena aproximadamnete a medio camino. En su territorio desembocan tres ríos en sí mismos, pero no sólo se mezclan los aguas sino lso estilos arquitectónicos, épocas antiguas y atmosferas también. Su atmósfera agradable es debida a los edificos barrocos impresionantes del centro a la que distribuyen también las calles vibrantes decoradas con flores y las cafeterías que se extienden por todo el centro.

Ante Cristo Arrabona, como la denominaron ellos, estaba poblada por celtas y en el siglo I. llegó a ser parte del Imperio Romano. 300 años después los romanos se despojaron de la ciudad debido a los atques hunos.

Durante el establecimiento de los húngaros en la patria en el siglo IX los húngaros fortificaron el castro romano, y luego el obispado recibido de Esteban I. del primer rey cristiano de Hungría fue el que proporcionó un desarollo rápido para la población.

Intentaron destruir Győr tártatos, checos y turcos también. Los turcos le dieron el nombre de „yanik kala” (la ciudad quemada) cuando entrándose en ella vieron soprendidos que Kristóf Lambert prendió las casas al ver que no había esperanza para la defensa.

La ciudad fue realmente sólo cuatro años bajo el dominio turco ya que se liberó antes que las demás ciudades en la zona oriental, así empezó antes la extensión del barroco. En esta época se configuraron las calles adoquinadas y anfractuosas que forman la ciudad antigua con sus edificios de fachada decorada que caracterizan la época bárroca.

Se dice que tras el incendio en muchas partes crearon calles rectas para que se pudiera tirar por toda la calle con cañones y la defensa fuera así más fácil.

Puede llamar la atención de los visitantes que en Győr en la construcción de las casas se usó más ventanas de rincón que según los chismes fue necesario para que las señoras nobles pudieran ver quién estaba acompañando a sus hijas.

La herma de San Ladislao

Los huesos del rey santificado en el siglo XII fueron extraídos de su tumba de Nagyvárad y su cráneo fue colocado en una llamada herma (masco preparado según las líneas del rastro). La guardaron primero en el Catedral de Nagyvárad, luego lo pasaron a Győr. Lo respetamos al lado de la Santa Corona y la Santa Derecha como el recuerdo sagrado más importante de Hungría.

Vilmos Apor

El obispo de origen „székely” fue abatido el 2 de abril de 1945 por soldados rusos cuando defendió contra ellos a las mujeres y chicas que se huyeron a su casa. Su tumba se encuentra en el Catedral de Győr.

La pintura de la Virgen llorante

El día de San Patrick del santo irlandés, el 17 de marzo de 1697 lloró sangre la pintura que había traído a Győr el obispo Walter Lynch. El obispo Ferenc Zichy dedicó un altar barroco decorado a la pintura famosa.

El soldado fugitivo

Es uno de los recuerdos barrocos más bonitos,es la estatua de la Arca del Testamento que encontramos en la plaza Gutenberg y nos hace recordar la historia de 1729. Un soldado huyó al monasterio jesuita que fue acusado con fuga, uso de nombre falso y bigamia. Cuando el ejército rodeó el edificio el obispo intentó colocarle en el castillo de obispo vistiéndole un ministrante y le puso entre las filas de los celebrantes. Sin embargo reconocieron al fugitivo sus compañeros, se lanzaron contra la procesión y al intentar sacarle de la multitud, empujaron la mano del sacerdote en la que estaba la vasija que finalmente se quedó rota. III.Carlos levantó el monumento como desagravio por el daño en la santidad de altar para los habitantes de Győr, por el importe de la multa que le pusieron al soldado.

Los poemas de los soldados de Napoleon

La casa „Apátúr” en la plaza Széchényi fue construida por el abad de Pannonhalma cuyo salón comedor era utilizado para celebración entre los soldados de Napoleon que invadieron al ciudad. Sus soldados italianos organizaron un baile celebrando a su caudillo y por esta ocasión pintaron poemas dedicados al emperador en todas las paredes. Sus rostros son visibles hasta hoy día. Aunque fueron escritos con gran entusiasmo, están llenos de fallos otrográficos como los soldados italianos no hablaban bien el francés.